Un pedacito de cielo
en bandera se convirtió
y, flameando en el mástil
para siempre se quedó.
El sol lo pensó un poquito
y en el medio se ubicó,
para iluminarnos el alma
y entibiarnos el corazón.
Vuela, vuela, banderita,
al compás de mi canción
y, mientras vuela, palpita
tu coranzoncito de sol.
Nilda Zamataro
en bandera se convirtió
y, flameando en el mástil
para siempre se quedó.
El sol lo pensó un poquito
y en el medio se ubicó,
para iluminarnos el alma
y entibiarnos el corazón.
Vuela, vuela, banderita,
al compás de mi canción
y, mientras vuela, palpita
tu coranzoncito de sol.
Nilda Zamataro
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